Declaración de Independencia de EEUU

domingo, 29 de noviembre de 2009





(Advierto que la traducción no es muy correcta)

La Declaración de independencia de los Estados Unidos de América del Norte, redactada por Jefferson y con claras influencias de Locke y de Rousseau y en la línea de la filosofía del derecho natural, fue firmada entre el 2 y el 4 de julio de 1776 por 56 miembros del Congreso continental reunido en Filadelfia desde el año anterior. En ella, aparte de las acusaciones vertidas contra el rey Jorge III y su Gobierno, que significan la mayor parte del documento, se consigna uno de los principios más revolucionarios jamás escrito anteriormente: "todos los hombres han sido creados iguales". Y estos hombres "recibieron de su Creador ciertos derechos inalienables, entre los cuales están la vida, la libertad y la búsqueda de la felicidad; así, para asegurar esos derechos, se han instituido los gobiernos entre los hombres, derivándose sus justos poderes del consentimiento de los gobernados; de tal manera que si cualquier forma de gobierno se hace destructiva para esos, fines es un derecho del pueblo alterarlo o abolirlo, e instituir un nuevo gobierno, basando su formación en tales principios, y organizando sus poderes de la mejor forma que a su juicio pueda lograr su seguridad y felicidad".La Declaración concluía así: "Nosotros, representantes de los Estados Unidos de América, reunidos en Congreso general, apelando al Juez Supremo del mundo por la rectitud de nuestras intenciones, en el nombre y por la autoridad del buen pueblo de estas colonias, declaramos y publicamos solemnemente que estas colonias unidas son y han de ser Estados libres e independientes; que han sido rotos todos los lazos con la Corona británica y que cualquier conexión política entre ellas y el Estado de Gran Bretaña es, y debe ser considerado, totalmente disuelto; y que, como Estados libres e independientes; tienen todo el poder para declarar la guerra, concluir la paz, concertar alianzas, establecer lazos comerciales, y llevar a cabo cualquier otro acto que los Estados independientes pueden realizar. Y para apoyar esta declaración, con la firme confianza en la protección de la Divina Providencia, nosotros empeñamos nuestras vidas, nuestras fortunas y nuestro sagrado honor".

NO A LA VIOLENCIA DE GÉNERO

martes, 24 de noviembre de 2009

`
No es una broma, por favor, tómalo en serio





Escuchad también esta canción. No tengo el permiso de Bebe, pero creo que lo aprobará

La vida de los otros

jueves, 19 de noviembre de 2009

La vida de los otros (Das Leben der Anderen) es un película alemana ganadora del Oscar a la Mejor Película Extranjera en 2007, que supuso el debut como guionista y director de Florian Henckel von Donnersmarck. Asimismo fue galardonada con siete premios Deutscher Filmpreis (Premios del cine alemán) y fue candidata para los Globos de Oro en la Categoría de Película extranjera.

La película transcurre en el Berlín Oriental durante los últimos años de existencia de la RDA y muestra el control ejercido por la policía secreta (Stasi) sobre los círculos intelectuales. Fue estrenada en Alemania el 23 de marzo de 2006 y en España el 16 de febrero de 2007.


Fuente:Wikipedia







En este enlace podéis encontrar la ficha y sinopsis de la película
LaButaca

Primer Congreso continental

lunes, 16 de noviembre de 2009


El 27 de mayo de 1774 varios representantes de la Asamblea de Virginia, reunidos en Williamsburg, proponen la reunión de un Congreso de todas las colonias. Este "Primer Congreso continental" estuvo reunido en Filadelfia entre el 5 de septiembre y el 22 de octubre de ese año y contó con la presencia de 55 delegados de todos los territorios, excepto de Georgia que, no obstante, apoyó las decisiones de los reunidos.Esa asamblea tenía entre sus miembros a grandes propietarios deseosos de que Londres rectificase y no diese argumentos a los radicales pero también acudieron partidarios de la ruptura con Inglaterra. Destacaron los siguientes: entre los conservadores, respetuosos a la Corona: John Jay y James Duane (de Nueva York) y Joseph Galloway (de Pennsylvania); de los moderados, movidos tanto por sentimientos de afecto como de critica hacia la actitud seguida por Inglaterra: George Washington y Peyton Randolph (ambos de Virginia), John Dickinson (de Pennsylvania) y los hermanos Rutlege (de Carolina del Sur); y destacando en el bando de los radicales, dispuestos a llegar a la ruptura: John y Samuel Adams (de Massachusetts), Thomas Jefferson (de Virginia), Christopher Gadsden (de Carolina del Sur) y Richard Henry Lee y Patrick Henry (de Virginia). Y fueron estos últimos quienes lograron imponer las tesis más tajantes al conseguir que el Congreso apoyase las Resoluciones de Suffolk (condado de Massachusetts), que incitaban a los habitantes de esta colonia de Nueva Inglaterra a enfrentarse a las Leyes intolerables incluso recurriendo a las armas y actuando como un Estado libre hasta tanto Londres levantase las sanciones, y pedían al Congreso continental una declaración de apoyo y represalias económicas contra Gran Bretaña. Al final se decidió que las colonias se negarían a importar, exportar o consumir ningún producto procedente o destinado a Gran Bretaña. Redactaron una Declaración de Derechos y Agravios destinada al pueblo británico y a los colonos, pero también enviaron una carta de peticiones al rey, inequívoca muestra de que los sentimientos eran aún confusos y las tesis independentistas todavía no se habían asentado definitivamente. Y se autoconvocaron para el mayo siguiente, a menos que sus quejas hubiesen sido atendidas convenientemente. Para velar, hasta la siguiente primavera, por el cumplimiento de las decisiones de embargo y boicot hacia los productos ingleses y para mantener en alerta a los colonos, los representantes en ese primer Congreso continental crearon The Association (La Asociación), una serie de juntas locales y piquetes que habían de fiscalizar el comportamiento de los pueblos. Esta medida, tan eficaz como discutible moralmente, acentuó la división entre los propios colonos y no fueron pocos los que empezaron ya a mostrarse menos partidarios de los patriotas que de la Corona (que tuvo, incluso durante la cercana Guerra de Independencia de los Estados Unidos, el apoyo de muchos habitantes de las colonias).En realidad, aunque empezaba a ser obvio para muchos contemporáneos, ingleses o colonos, que los vínculos entre la madre patria y sus territorios ultramarinos se habían debilitado tanto que casi habían desaparecido, bastantes de los asistentes a este Congreso continental creían todavía posible continuar unidos a Inglaterra y sostenían que sus protestas iban contra un Gobierno y un Parlamento equivocados y que les inferían intolerables ofensas al dictarles leyes e imponerles injustos tributos.

Chat

miércoles, 11 de noviembre de 2009




Caída del muro de Berlín 20 aniversario

lunes, 9 de noviembre de 2009




En estos enlaces podeís encontrar información de la prensa actual:





Motín del Té

martes, 3 de noviembre de 2009



El motín del té
Tras unos tranquilos años 1770-1773 en los que parecía que las colonias habían vuelto a aceptar el dominio de Londres sin problemas, provocando la desesperación de los americanos más radicales que veían difuminarse sus proyectos de independencia, una decisión del Gobierno británico reanudó el conflicto y dio argumentos a los partidarios de la ruptura: la Tea Act (10 de mayo de 1773). La Compañía de las Indias Orientales, acuciada por problemas de liquidez, solicitó y obtuvo del Gobierno británico el monopolio de la venta de té en las colonias de América y sus agentes desplazaron a los comerciantes autónomos. Para el espíritu de los colonos, la decisión de Londres era inaceptable y contra esa Ley del té actuaron de diferentes maneras, sobre todo boicoteando el producto inglés. Pero el radical Samuel Adams preparó, para el día 16 de diciembre de 1773, el famoso "incidente del té de Boston"; disfrazados de indios, varios patriotas arrojaron al mar el cargamento de tres barcos de la compañía: 343 cajas valoradas en 10.000 libras. Y consiguió su objetivo último: provocar una violenta reacción británica. El rey, el Gobierno de lord North y el Parlamento estaban ahora de acuerdo en que el reto debía aceptarse y entre mayo y junio de 1774 se promulgan las Coercive Acts -conocidas entre los americanos como Leyes intolerables- que cerraban el puerto de Boston hasta que se pagase lo destruido por los Hijos de la Libertad (nombre que empezaron a darse desde 1765 muchos colonos radicales, organizados por Samuel Adams, y que hicieron suyo un apelativo que les había dedicado el parlamentario Isaac Barre en la Cámara de los Comunes). También se cambiaban las autoridades locales de Massachusetts, entre otras el gobernador real, cargo para el que fue nombrado el duro general Thomas Gage, que pasó de Nueva York a Boston ordenando que se concentrasen en los alrededores de esta ciudad cinco regimientos y varios navíos de la flota real británica. Prácticamente se militarizaba Massachusetts, y se autorizaba al ejército a ocupar y requisar, si era necesario, casas particulares deshabitadas. Estas medidas por sí solas hubieran provocado tensiones. Pero, además, muy poco después se aprobó en Londres la Ley de Quebec (22 de junio de 1774), que permitía la expansión hacia el Sur de los colonos "canadienses", cortando el paso a la penetración de los colonos "norteamericanos" más allá de los Apalaches. El Gobierno de su majestad británica quería congraciarse incluso con medidas favorecedoras para los católicos- con sus nuevos súbditos de origen francés, pero no calculó la ofensa inferida a los habitantes de las trece colonias. Éstos creían que no sólo se castigaba a la de Massachusetts, sino a las doce restantes. Aparte de que, a estas alturas, lo que sucediera a los bostonianos era ya sentido como algo propio por todos los colonos desde Virginia o Georgia hasta Connecticut o Nueva York; "Desde ahora, es preciso que todos nos sintamos americanos", como dijo un representante de Carolina del Sur. Esta actitud cobra más valor si se tiene en cuenta que, hasta ese momento, las demás colonias no habían tenido un afecto especial hacia los vecinos de Nueva Inglaterra y menos aún a los estirados habitantes de Massachusetts. Ahora, en cambio, enviaron dinero y víveres para ayudar a los castigados hermanos, a la vez que meditaban sobre sus relaciones con Inglaterra.
Se había iniciado el camino hacia la independencia.

Las nuevas formas de organización del trabajo

domingo, 1 de noviembre de 2009

La producción de la industria mecánica se disparó cuando la población civil pudo acceder al consumo. La máquina de coser, la máquina de escribir, la bicicleta y el automóvil tuvieron en sus comienzos, un consumo minoritario, pero estaban destinados a un consumo masivo, para lo cual tuvieron que reducir su precio hasta un nivel más asequible.  En 18885, los alemanes Daimler y Benz fabricaron su primer automovil, pero  fue el popular y barato modelo "T" de Ford (1907) el que revolucionó la industria del automovil y no el caro Rolls-Royce. En 1914, dos millones de automóviles circulaban por el mundo, la mitad de ellos en Estados Unidos.




 El primer vuelo en avión lo efectuaron los hermanos Wright en 1903, el uso militar y civil de la aviación no tardó en desarrollarse.
La generalización de los nuevos inventos de la industria se convirtió en un proceso imparable. Dos ejemplos de nuevos productos que alcanzaron un consumo masivo fueron la aspirina (1899) y la aspiradora (1908). La venta a plazos apareció en estos años para hacer posible que sectores de escasos recursos pudieran compar productos de alto precio.
La producción masiva y en serie de artículos hizo necesaria una mayor concentración del trabajo en grandes centros fabriles. La nueva organización del trabajo adjudicaba a los trabajadores una tarea fija y repetitiva en alguna fase de la cadana productiva con el fin de ahorrar tiempo y abaratar la producción. El ejémplo típico es la fabricación de coches por Henry Ford. En vísperas de la Primera Guerra Mundial  F.W. Taylor (1856-1915) fue quien introdujo la racionalización y la "gestión ciéntifica" del trabajo, es decir, la separación de las funciones de planificación y dirección de las de ejecución. Este nuevo sistema de trabajo, conocido como taylorismo, se extendió sobre todo tras acabar la Primera Guerra Mundial.